jueves, 29 de mayo de 2014

¿Es importante que me reúna con el tutor de mi hijo?

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¿Cuántas veces te has entrevistado con el tutor de tu hijo? ¿Crees que es suficiente? A veces no tenemos muy claro cómo y cuándo debemos dirigirnos al centro educativo donde estudian nuestros hijos, pero es importante que cada cierto tiempo nos reunamos con el docente responsable del niño para intercambiar información y definir objetivos.

En más de una ocasión he escuchado excusas como éstas de los padres de mis alumnos:
-”No hemos venido antes para no molestar. Como parecía que no había problemas, no queríamos hacerles perder tiempo. Ya sabemos que tienen mucho trabajo…”
Y, si he de ser franco, yo también he tenido la tentación de excusarme de la misma manera ante el tutor de mis hijos. Por alguna extraña razón, nos resulta difícil encontrar el momento oportuno para concertar la cita, tememos hacernos pesados. Lo cierto es que el contacto periódico con el centro educativo es algo fundamental para que tu hijo aproveche al máximo las oportunidades educativas que se le ofrecen.
No me extenderé sobre la utilidad de estas visitas. Sólo apuntaré algunos hechos: la educación de nuestros hijos es un trabajo conjunto que realizamos junto con sus profesores, por tanto es absurdo llevarlo a cabo sin la comunicación y coordinación necesarias; conocer el centro y hablar con los profesores nos permite disponer de más datos para valorarlo; además, es un medio de formación a nuestro alcance y, por si fuera poco, cada vez que hablamos con el tutor se produce una especie de motivación mutua que hace que, tanto nosotros como nuestros hijos y el mismoprofesor, dediquemos más atención e interés a la tarea que nos ocupa. Así pues, si estamos de acuerdo sobre su utilidad, pasemos a considerar las condiciones que nos permitirán aprovechar al máximo las entrevistas con el tutor de nuestro hijo.
Periodicidad conveniente de nuestras entrevistas con el tutor
Es recomendable entrevistarse una vez por trimestre, preferiblemente unos días después de recibir las notas. A principio de curso, lo razonable sería acudir a mitad del trimestre.
No obstante, si algún acontecimiento nos hiciera sospechar que nuestro hijo o hija puede tenerun problema, valdría la pena contactar por teléfono con el tutor y valorar con él si es conveniente vernos. De todas maneras, no abuses de este recurso. No hace falta entrevistarse con el tutor si puedes resolver el problema por teléfono. Tampoco hace falta que llames por teléfono si puedes resolver el problema con una nota, y no es necesario que escribas una nota si tu hijo puede resolver la cuestión por sí mismo.
Preparación de la entrevista
Vale la pena concertar la entrevista con tiempo para que el tutor tenga ocasión de prepararla convenientemente.
Además de los datos que ya tenemos, es útil, durante los días previos a la entrevista, observar en nuestro hijo detalles como el tiempo semanal que dedica a hacer sus deberes y a estudiar, lacalidad de los trabajos escritos que realiza en casa, las dificultades que encuentra, el cumplimiento de sus tareas domésticas, qué hace en su tiempo libre y su estado de ánimo.
El día anterior a la fecha fijada es prudente que los padres dediquéis algún tiempo a preparar la entrevista de manera conjunta y que toméis nota de los temas que queréis abordar, de las informaciones que queréis transmitir y de las preguntas que os interese hacer.
Os puede servir de ayuda consultar y repasar la relación de posibles temas que incluyo a continuación. Es una manera de evitar que queden en el olvido algunos temas interesantes.
¿Qué temas conviene tratar?
1. Es conveniente informar al tutor sobre:
  • El tiempo semanal que nuestro hijo dedica a estudiar o a tareas escolares.
  • La calidad del trabajo observado.
  • El grado de responsabilidad en su estudio y en los encargos domésticos.
  • Las aspiraciones profesionales si ya está en los últimos cursos de secundaria.
  • La calidad del trato con vosotros y con los hermanos.
  • Los amigos con los que se relaciona y el tipo de relación.
  • A qué dedica el tiempo libre.
  • Estímulos educativos o pautas usadas en casa como medio de motivación o de formación.
2. Pedir información, en el caso de que el tutor no nos la ofrezca, sobre:
  • La actitud y comportamiento en clase.
  • Las expectativas que tiene respecto a nuestro hijo.
  • La relación que mantiene con los profesores.
  • Las relaciones que mantiene con los compañeros.
  • El grado de cumplimiento de sus deberes.
  • Las faltas de asistencia a clase.
  • Cualquier duda sobre el funcionamiento del centro o de las actividades extraescolares.
3. Solicitar la opinión del tutor sobre:
  • Nuestras estrategias educativas y las dificultades que encontramos.
  • Cómo colaborar para mejorar alguno de los aspectos en que nuestro hijo presente dificultades.
4. Expresar nuestra opinión sobre aspectos que consideremos mejorables en la organización del centro o de actividades docentes.
¿Cómo actuar durante la entrevista?
  • Es fundamental asistir a la entrevista, tanto si es un encuentro rutinario como si es una petición del centro, con el convencimiento de que asistimos a una reunión con un colaborador. Sólo si la entrevista tiene lugar en un ambiente de confianza podrá dar los frutos deseados.
  • Para contribuir al buen ambiente, es interesante comenzar hablando de los temas más satisfactorios para ambos y abordar más tarde los asuntos más desagradables o peliagudos.
  • En cualquier caso hay que intentar que la entrevista discurra en un tono amable y respetuoso, aun cuando las informaciones que recibamos no sean tan halagüeñas como desearíamos.
  • Es aconsejable llevar escritos los temas que queremos tratar y no dar oportunidades al olvido.
  • Lo más importante es acabar la entrevista con algunos propósitos concretos y, si es posible, llevárselos anotados. Una vez en casa hemos de conseguir mantener vivos los propósitos y valorar su eficacia en la siguiente reunión.
Por mi experiencia como profesor, puedo afirmar que el simple hecho de que los padres mantengan una entrevista con el tutor suele ser un buen estímulo para los hijos. Ésta es una de las acciones educativas más fáciles y eficaces de todas las que están a nuestro alcance.
José María Lahoz García
Pedagogo (Orientador escolar y profesional),
Profesor de Educación Primaria y de Psicología
y Pedagogía en Secundaria

miércoles, 28 de mayo de 2014

Respetar a los hijos

Respetar-a-los-hijos

Esperamos que nuestros hijos nos traten con el respeto debido y que sepan respetar a los demás. Pero ¿respetamos nosotros a nuestros hijos en la misma medida?
“Los niños pequeños tienen sentimientos pequeños”
“Los jóvenes de pocos años tienen pocos sentimientos”
Evidentemente, sorprende leer estas dos premisas. Es muy probable que al leerlas pudiera pensarse que un servidor no sabe lo que dice. Pero en cambio no es demasiado extraño que actuemos como si fuera cierto que a menor edad correspondieran menos sentimientos y menos dignidad. Y si no, preguntémonos por qué en ocasiones la manera de tratar a nuestro hijo no se corresponde con el respeto que debemos a cualquier persona adulta.
Aunque son pequeños y de corta edad, se sienten despreciados cuando les hablamos con altivez, humillados cuando les avergonzamos (a veces en público), y atropellados cuando les damos órdenes incomprensibles a sus ojos. Actuar así es la mejor manera de empezar a levantar barreras que dificultarán nuestro entendimiento con ellos. En cambio, si les tratamos con el mismo respeto que a cualquier persona, les ayudamos a sentirse tan importantes como los adultos, dignos de la misma consideración y favorecemos una comunicación fluida entre nosotros y ellos. Respetar es tratar a alguien con la debida consideración.
El respeto que les tenemos a los hijos se manifiesta en la calidad del trato que les otorgamos y en la atención que ponemos en tratar de no invadir sin permiso sus espacios de autonomía. No es lo mismo, por ejemplo:
-Supongo que esta mañana no has podido dejar ordenado tu cuarto. Me gustaría que lo hicieras ahora.-¡Eres un cochino, siempre lo dejas todo de cualquier manera! Haz el favor de ordenar tu cuarto.
Las ventajas educativas de tratar a los hijos con el debido respeto son decisivas. Si nuestra relación con ellos no se basa en la consideración, se vuelve imposible llevar a cabo una acción educativa eficaz y la convivencia, a medida que se van haciendo mayores, resultará dificultosa. (Lectura recomendable: Ser padres con sensatez).
Dos grandes razones justifican la necesidad de otorgar a los hijos un trato basado en el respeto:
  • Los niños tienen sentimientos igual o más intensos que nosotros. A menudo nos olvidamos de ello y pensamos que no tener ni el poder ni la madurez de la edad adulta es sinónimo de no acusar lo que pasa alrededor de uno.
Cuando a Pablo, en plena fiesta de cumpleaños de un amigo, su madre empezó a limpiarle los pantalones sacudiéndole con fuerza e increpándole furiosa: “¡Qué cochino eres! !Mira como te has puesto! ¡Siempre has de ser el más desastrado!” le estaba poniendo en evidencia delante de todos y los sentimientos de Pablo fueron de vergüenza y de odio hacia su madre.
- Cuando reciben un trato considerado, reaccionan con actitudes de colaboración. Pronunciar una frase amable para pedirles alguna cosa en vez de una orden autoritaria y cargada de reproches genera en ellos sentimientos de agradecimiento que les animan a identificarse y colaborar con la persona que no manda, sino que pide, recuerda, sugiere. No es magia: al igual que los adultos, los niños responden según los estímulos que reciben, se adaptan al trato recibido.
- Cuando reciben un trato desconsiderado o irrespetuoso, acaban por asumirconductas irrespetuosas, negativas e incluso agresivas. Al sentirse maltratado, el niño no puede por menos que sentir aversión hacia aquellos que le tratan mal, que no tienen en cuenta su dignidad. Y con esos sentimientos como cojín de su voluntad, es difícil que tenga ganas de seguir las indicaciones que ha recibido. Al contrario, es probable que por despecho, tenga ganas de desobedecer.
Imaginemos por un momento que en una reunión de amigos, nuestra pareja se mancha la camisa y, en voz alta y con tono de reproche le decimos: “Eres un auténtico desastre, siempre haces igual, mira como te has puesto, da vergüenza ir contigo a cualquier sitio…” Una situación similar sería tan inaudita que el simple hecho de imaginarla nos resulta cuando menos gracioso.
En cambio, si la escena se plantea entre padres e hijo, adquiere normalidad, pierde dramatismo. Incluso veríamos con relativa normalidad el pensar en un castigo si el hijo contestara una impertinencia.
Parémonos a pensar: ¿por qué nos parece normal destinarle un trato a nuestro hijo que de ninguna manera destinaríamos a nuestra pareja? ¿No podemos deducir que realmente nos olvidamos de pensar que tiene sentimientos y reacciones que dependen en gran medida de nuestra actitud con él?
  • Los niños aprenden a relacionarse y a comportarse por imitación y por contagio. Cuando son pequeños aprenden a hablar en el idioma que hablan los padres y, sólo mediante enseñanzas sistemáticas insistentes, consiguen aprender otros idiomas. Aprenden imitando las palabras que oyen. Pero al aprender a hablar no sólo adquieren esta habilidad, sino que adquieren con las palabras unos contenidos, unas actitudes, unas maneras de comunicarse.
Tan importante como las habilidades que adquieren son las ideas, actitudes y sentimientos que les han rodeado y que también aprenderán por imitación y por contagio. Pensemos por un momento en lo que aprenderá un niño cuando reciba de sus padres un trato más delicado, respetuoso y considerado, cuando haya podido imitar a sus padres en su consideración, delicadeza y respeto, y cuando, las palabras que haya escuchado desde pequeño expresen ideas valiosas y sentimientos positivos… Por el contrario, ¿qué forma de relacionarse y que valores tendrá un niño cuyos padres crearon en su casa un ambiente de falta de respeto, de autoritarismo, de desconsideración…
Es posible que, después de lo antes expuesto, quede en mis palabras un eco que no se corresponde con mi intención ni con la realidad de las cosas. Las palabras, con frecuencia son equívocas y nos inducen a errores. Me gustaría puntualizar que cuando hablo de respeto,consideración y delicadeza, no quiero decir no-intervención, no quiero decir que no haya que contrariar a los hijos, no quiero decir que debamos dejarnos avasallar por sus exigencias. Sólo quiero dejar claro que amonestar, orientar, informar o exigir no es lo mismo que insultar, avasallar, maltratar, humillar o avergonzar.
-¿Araña?- pregunta un transeúnte a una señora que acariciaba dulcemente a su gato sentada en un banco del parque.
-No, es un gato- respondió ella con cara de sorpresa.
Ciertamente las palabras engañan, pero son también una preciosa herramienta para transmitirles a nuestros hijos sentimientos de aceptación y de respeto.
José María Lahoz García
Pedagogo (Orientador escolar y profesional),
Profesor de Educación Primaria y de Psicología
y Pedagogía en Secundaria

fuente: solohijos.com

martes, 27 de mayo de 2014

¡Tú no eres tu hijo!

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Dice Stephen R. Covey: “En una escala de diez puntos, si yo estoy en el nivel dos en un campo y deseo pasar al nivel cinco, primero tengo que alcanzar el nivel tres. ´Un viaje de mil kilómetros empieza con el primer paso` y sólo puede darse un paso cada vez.
Uno de los grandes errores que cometen algunos padres es querer cambios rápidos e instantáneos en sus hijos. Que ellos pudieran asimilar esos cambios a la misma edad de su hijono quiere decir que éste pueda asimilarlos también.
Comparar las habilidades que tiene tu hijo con las que tenías a su misma edad no hará más que añadir presión a una situación ya de por sí difícil, además de adoptar una postura absolutamente injusta e irrespetuosa pues tú no eres tu hijo ni sus circunstancias.
Querer sacar lo mejor de él es un objetivo en sí mismo positivo pero solo si lo quieres hacerrespetando su ritmo de aprendizaje y sus características personales.
Presionar para conseguir resultados solo sirve para una cosa: para bloquear a tu hijo y hacerle sentir incompetente.
Redacción Solohijos.com

lunes, 26 de mayo de 2014

Amar y exigir al mismo tiempo


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Nos entusiasma este vídeo. Son dos minutos de ejemplo de superación que deberían ver nuestros hijos. Nico Calabria nace con solo una pierna y, desde pequeño, ha aprendido a compensar su hándicap utilizando al 100% el resto de su cuerpo y su inteligencia.
Pero no te lo ofrecemos solo por esto. En realidad queremos que te fijes en la actitud de los padres y en las habilidades que le han fomentado desde pequeño, muy lejos de lasobreprotección que en ocasiones procesamos a nuestros hijos. Han valorado la situación, la han aceptado y han puesto los medios para proporcionarle a su hijo todos los recursos necesarios para que pueda ser feliz y triunfar en la vida.
La compasión mal entendida y el amor ciego no habrían hecho más que acentuar sus dificultades. Ofrecerle todo tipo de desafíos físicos y psíquicos desde pequeño, enseñarle a perseverar y a creer en su esfuerzo fueron las opciones de sus padres.
Nos entusiasma este vídeo. Porque los padres de Nico nos demuestran que se puede amar y exigir con firmeza al mismo tiempo.
¿Cómo creéis que habría acabado esta historia si los padres de Nico le hubieran trasmitido sus miedos y lo hubieran tratado como una persona discapacitada?

sábado, 24 de mayo de 2014

24 de mayo de 1822, Batalla del pichincha.

Fue la batalla de la liberación del yugo español. Un momento histórico para la vida repúblicana del Ecuador. La historia señala al mariscal Antonio José de Sucre como el gran gestor de la batalla del Pichincha que dió paso a un proceso de independencia que se concretaría luego el 10 de agosto Independencia del Ecuador.


Luego de la liberación de Guayaquil, el 9 de octubre de 1820, el país  entra en una profunda refundación de su identidad y tras dos intentos fallidos por liberarse de la opresión, se produce la gran batalla en las faldas del volcán Pichincha, de ahí que la historia recuerda ese episodio como la Batalla del Pichincha.

Fue en el año 1822, donde Sucre decide hacerle frente a las tropas españolas con 1.700 hombres que con el paso de los días se convirtieron en 3.000 gracias a San Martín.


El gran día estaba por llegar, fue la madrugada del 23 de mayo cuando las tropas se dirigen silenciosamente al Pichincha para planificar lo que sería la batalla de la libertad y el triunfo.


Después de percances y horas de espera, el 24 de mayo se produce la batalla bajo un sol resplandeciente. Pese a las bajas, los soldados victoriosos fueron subiendo la cima del volcán. Una vez en la cima exlamaron victoria y con ello se consagrò una de los dìas más recordados para la historia del Ecuador .


El 24 de mayo es considerada una fecha cívica de los héroes que ofrecieron sus vidas por la libertad. Con la Batalla del Pichincha, se selló la independencia política del Ecuador que marcó el comienzo de la vida republicana y autónoma del Ecuador.


El 25 de mayo, Sucre entró con su ejercito a Quito donde anunció la rendición de las tropas españolas establecidad en el territorio que el gobierno de Colombia llamada "Departamento de Quito", al considerarlo como parte integral de la República de Colombia desde su creación, el 17 de diciembre de 1819.


Resumen de la Batalla del Pichincha. 24 de Mayo de 1822. Traído a ustedes por el blog de la Independencia del Ecuador.

viernes, 23 de mayo de 2014

Cómo ayudar a nuestros hijos adolescentes a ser fuertes “por dentro”.

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Una característica de la resiliencia es la de ser fuerte ante aquello que destruye. Es decir, llevar una vida sana ante un ambiente poco favorable. Educar entre algodones pocas veces acaba siendo provechoso. Por otra parte la permisividad acaba siendo tan perjudicial o incluso peor.
¿Qué podemos hacer para ayudarles a fortalecer su interior?
  • Ayúdale a conocer sus puntos débiles y ofrecer modelos de actuación. Por ejemplo, tu hijoes impulsivo y cuando fracasa en algo, traslada la culpa hacia los demás, enfadándose con ellos en lugar de hacerlo consigo mismo. Intenta reflexionar con él y hacerle ver que éste es un punto débil. Entonces, y a través de las experiencias que te ofrece el día a día, buscar entre ambos pautas de actuación para controlar este impulso: reflexionar ante un fracaso para averiguar realmente hasta qué punto es por su culpa, aislarse en su cuarto antes de estallar con algún miembro de la familia, escribir en un diario sus sentimientos ante un problema o frustración, etc.
  • Potencia su autoestima, evita criticar todo lo que hace mal, valorando aquello que consigue alcanzar y potenciando aquellas cualidades en las que destaque.
  • Proponle metas concretas y a corto plazo. No le digas “Tienes que estudiar”. Es mejor proponer un tiempo determinado de estudio y un plan de trabajo semanal. Evitar comentarios tipo “Hay que ser más ordenado”. Es preferible incidir en aspectos concretos:“Recoge la toalla al acabar de ducharte”, “No dejes la ropa tirada en el suelo de tu cuarto”, etc.
  • En la medida de lo posible, no resuelvas sus problemas, deja que sean ellos quienes den el primer paso. Por ejemplo, si tu hijo no tiene suficiente con el dinero que le das cada mes, no le incrementes la paga para que vaya más holgado y no pase tantas estrecheces. Permite que aprenda a administrarse mejor y/o a prescindir de algunos gastos que no puede permitirse.
  • Enséñales a pedir ayuda cuando lo necesiten. Hay que establecer un clima de confianza y buscar cauces de comunicación entre la familia y los hijos.
  • Entrénales en reflexionar antes de actuar. Cuando se equivocan, deben asumir la responsabilidad del mal causado y reparar el daño si es conveniente. Por ejemplo, si jugando al fútbol rompen el cristal de la ventana del vecino, que sean ellos quienes vayan a pedir disculpas y se hagan cargo de la reparación que suponga.
  • Déjales participar en decisiones familiares y facilitar que sean ellos los que propongan maneras de solucionar aspectos cotidianos. Por ejemplo, en el tema del manejo de Internet, podéis establecer juntos las reglas de uso: pedir permiso para acceder a Internet, horarios, antes de comprar cualquier objeto comentarlo con los padres, limitar los chats, filtros etc.
  • Enséñale a amaestrar los afectos y emociones, ayudándole a controlarse ante situaciones que requieran mayor serenidad y capacidad de juicio. Por ejemplo, tu hijo llega a casa después de un partido de fútbol y está enfadado porque el árbitro ha sido injusto. Hay que hacerle ver que esta situación no debe repercutir en su carácter y el modo de tratar a lafamilia a lo largo de todo el día.
  • Tu hijo o hija se está convirtiendo en un adulto. ¿Por qué no fomentarle la idea de hacer voluntariado? No hay nada para fortalecer nuestra capacidad de superación como descubrir“en primera fila” las necesidades de los demás, las desgracias de otras personas menos afortunadas que nosotros. En esos momentos, nuestros hijos se involucran en un proyecto que les obliga a dar lo mejor de sí mismos a pesar de las adversidades.
Piénsalo. Tu hijo ya no es aquel bebé indefenso y vulnerable. Ahora es un adolescente capaz, lleno de grandes y pequeños talentos que necesitan proyectarse en el exterior para crecer y conseguir las metas propuestas. Debemos exigirle como tal.
Óscar A. Matías
Orientador de familias y jóvenes en edad escolar
Fuente: www.solohijos.com

jueves, 22 de mayo de 2014

22 de mayo, día del árbol.





En el Ecuador, el día 22 de Mayo celebramos el día del árbol y de la biodiversidad, cuya finalidad es recordarnos la responsabilidad que tenemos todos y cada uno de nosotros de cuidar los distintos ecosistemas, en especial los bosques, como fuente de bienes y servicios ambientales imprescindibles para nuestro bienestar, y como hábitat de una infinidad de especies de flora y fauna silvestre, y fuente de vida para los pueblos indios, negros y mestizos que conviven de manera tradicional con el uso. 


En esta fecha el Ministerio del Ambiente, a través de diferentes actos programados para celebrar el día del árbol, hace un llamado a la ciudadanía sobre la importancia de conservar este recurso, que nos ayuda a mantener las fuentes de agua, a proteger el suelo, a mejorar las áreas erosionadas, y a resguardar la gran biodiversidad que posee el país. 

Además, llama la atención sobre la importancia de estimular y promover los programas de forestación y reforestación emprendidos, reconociendo que los árboles aportan en la producción de oxígeno y la purificación del aire, la absorción de dióxido de carbono, por ende, la reducción del calentamiento global, y la disminución del ruido en las áreas industriales y urbanas. Nos recuerda, además, que dependiendo de la especie, los árboles nos proveen frutas, tinturas, fibras, aceites y medicamentos, pero sobre todo madera, recordemos que ¡Sembrar árboles es sembrar vida!

Fuente : Diario El Correo de Machala

Ignorar NUNCA es una buena estrategia

Ignorar-nunca-es-una-buena-estrategia

Muchos de nosotros hemos sufrido en nuestra carne las secuelas de la influencia de una educación basada en la ignorancia:
  • No le hagas caso. Déjale llorar, así se acostumbrará a calmarse solo. 
  • Si le haces caso, solo conseguirás reforzar esa rabieta. 
  • Llora para llamar tu atención. Si lo consuelas, lo hará siempre.
  • No le hagas caso o lo convertirás en un tirano.
Es la educación de la ignorancia, no porque su filosofía fuera ignorar las necesidades de los niños, sino por la ignorancia que demostraban los adultos respecto a las necesidades emocionales, afectivas y cognitivas de sus hijos. Cuando un niño llora porque no ha conseguido algo, cuando grita porque se siente mal, cuando no puede calmarse cuando se separa de suspadres tiene un clarísimo objetivo para hacerlo y no es molestar a sus padres. Ni manipularlos ni desafiarlos. Eso llega después, cuando después de reclamar su ración de seguridad y apego, nadie le responde. Entonces su mecanismo de supervivencia se activa y hace lo que sea para obtener ese apego que tanto necesita para vivir. Lo que tu hijo quiere es sentir que comprendes su malestar y que estás a su lado. A veces, le podrás ayudar. A veces no. Pero eso no es tan importante para él como que entiendas cómo se siente.
¿Qué le enseñas cuando le ignoras?
  • Al ignorarle le enseñas que no es importante para ti, no lo suficientemente importante para que te tomes en serio sus necesidades.
  • Le demuestras una gran falta de empatía, que le fomentará un pensamiento egocéntrico yepisódico.
  • Aprende que no es bueno comunicar sus sentimientos ya que las reacciones de los demás no se corresponden con sus necesidades, incluso son negativas. “Es peligroso demostrar mis sentimientos”. 
¿Dos opciones o tres?
Algunos padres creen que solo existen dos posibilidades para corregir comportamientos negativos o malas decisiones de nuestros hijos: castigar la falta o ignorar al niño. Pero existe una tercera:Ignorar-01 Comprenderles y hacerles ver que les acompañamos no significa ceder o dejarnos manipular. Puedes ser empático y sensible con sus necesidades y firme en tu manera de aplicar lasconsecuenciasUn niño con sus necesidades emocionales satisfechas es mucho más “racional” que otro que tiene que luchar por conseguirlas.
Elena Roger Gamir
Pedagoga

miércoles, 21 de mayo de 2014

Que tu hijo no confunda felicidad con facilidad

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Puede que ahora todo se esté complicado. Que tu hijo comience a suspender. O que sus pequeñas mentiras ya no sean tan pequeñas. Puede que comiencen los problemas con sus amigos, las malas contestaciones o las faltas de respeto. Que se intensifiquen las quejas en el colegio o que la vida en casa sea cada día un poco más complicada. En el proceso de formar personas libres y responsables se suelen encontrar cimas difíciles de escalar. 
Y no hay consejos para eso. Cada padre o madre lucha su propia batalla, la suya y la de su hijo. Sin embargo, mientras dura la batalla podemos enseñar algo muy importante a nuestros hijos:que la felicidad no está en las cosas fáciles, en lo cómodo o lo accesible. Que ellos merecen la pena aunque las condiciones no sean fáciles.
Y sobre todo, que los resultados no son inmediatos. Que llegan con el tiempo y se ven en los pequeños detalles.
Algún día estas dos ideas les permitirán alcanzar la felicidad.
“Eduquemos a nuestros niños para que no confundan felicidad con placer, y enseñarles que la vida es también duda, vulnerabilidad, ruptura… Para poseer un pensamiento alternativo, a no estar cortocircuitados cuando la adversidad se instala en sus vidas; educarles en la toma de decisiones, a respetarse a sí mismo y a los demás, en el sentido de la responsabilidad; en definitiva a muscular la voluntad”.

PSICOHIENE: Javier Urra.

lunes, 19 de mayo de 2014

¡Que no se salten etapas!

Que-no-se-salten-etapas

¡Estoy desesperado, mi hija solo tiene 12 años y se comporta como si tuviera 18! Abrimos los ojos demasiado tarde, sin darnos cuenta que desde muy pequeños les hemos ayudado a correr antes de enseñarles a andar.
No nos damos cuentas pero nuestros hijos se hacen mayores con mucha más rapidez que antes. Nos hace gracia que tengan novio o novia a los 7 años, que quieran vestirse como el protagonista de su serie preferida e incluso les pintamos las uñas de rosa cuando aún no saben casi ni leer. ¿Por qué nos extrañamos entonces de que con 13 años tengan novios casi mensualmente o se gasten toda su semanada en uñas de gel?
Son síntomas que admitimos con benevolencia, hasta con simpatía, como signo de que nuestroshijos se hacen mayores. Pero realmente, ¿se hacen mayores porque están sometidos a estímulos que los condicionan para que actúen y piensen como mayores o maduran realmente?
Los niños nacen con la necesidad y capacidad de adaptarse al medio. Si les ofreces modelos y estímulos adultos, asimilarán estos modelos y se acomodarán a ellos, saltándose etapas previas necesarias para el desarrollo de sus estructuras psicológicas, cognitivas y emocionales.
Posiblemente, crecerán inmaduros, sin base sólida, sobresaturados de estímulos rápidos y cambiantes que no les darán tiempo a asimilar lo aprendido.
Protege a tu hijo de un desarrollo precoz artificial. Defiende su infancia y protégela para que tenga tiempo de ser niño y asentar los aprendizajes que “le tocan” y no los que le fuerza a metabolizar la sociedad.
Cinco consejos para no ayudarle a ser mayor antes de hora:
  • No colabores riéndoles las gracias cuando habla o se comporta como un adulto. Todo lo que le refuerzas con tu atención queda aprehendido con intensidad en su cerebro.
  • No le pintes las uñas, los labios “como mamá. ¡Solo tiene 5 años! Ni le permitas vestir como una adolescente cuando solo tiene 8. Media con ella, reflexiona y negocia pero que no decida la moda o la protagonista de su serie preferida cómo vestir.
  • Aclárale y aclárate sobre donde están los límites. A veces, somos los padres los que no sabemos hasta donde dejar y cuando decir “no”, ya que también estamos influidos por los mismos estímulos. Pregúntate, ¿qué tipo de infancia quiero que tenga mi hijo? ¿Debo permitir lo mismo que permiten los demás padres o para mi es importante no claudicar en algunos puntos?
  • Ayúdale a desarrollar criterio. Enséñale a comparar, a fijarse en los detalles, a preguntarse. Desde que tu hijo es pequeño explícale, adaptado a su edad, que hay detrás de los anuncios, de las campañas de publicidad, de las películas…
  • Proporciónale experiencias apropiadas a su edad, controla su tiempo de ocio y llénalo de vivencias ricas, de amigos con características similares a ellos, con naturaleza, conactividades familiares y con deporte.
 Elena Roger Gamir
Pedagoga – Solohijos

viernes, 9 de mayo de 2014

Tu hijo no nace siendo lector. ¡Tú lo haces lector!

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Nueve consejos prácticos para formar hijos lectores:

  1. Lee junto a tu hijo, en cualquier situación y por cualquier motivo. Lee los paquetes de cereales en el desayuno o la cartelera de los cines el fin de semana. Léele las instrucciones para montar su castillo de juguete o busca con él información en internet para saber más sobre su animal preferido. Por supuesto, cuéntale cuentos, léele poesía, adivinanzas, trabalenguas…
  2. Convierte la tele en una aliada, no en un enemigo. Si la pequeña pantalla es lo que realmente le engancha, hay que fijarse en sus programas preferidos y tratar de buscar librosrelacionados con su pasión. Tenemos ya garantizado un mínimo de interés.
  3. Visita la biblioteca pública del barrio con asiduidad. Los fondos de la sección infantil y juvenil de las bibliotecas públicas ofrecen muchos más libros de los que se puedan tener en casa. Suelen celebrarse además actividades de animación a la lectura y encuentros con otroslectores.
  4. Invítale a “merendar” libros. En lugar de golosinas o chocolate, invítale de tanto en tanto a elegir un libro de la librería. Hay libros de todos los presupuestos y una merienda literaria no tiene por qué ser cara.
  5. No te empeñes en que le guste lo mismo que a ti a su edad. No, a tu hijo no le gusta todavíaJim Boton y Lucas el maquinista. En estos momentos disfruta con Mortadelo y Filemón. ¿Qué problema hay? Se está forjando su gusto por la lectura, no el tuyo. Aprende a esperar para dar los libros adecuados en el momento oportuno.
  6. Preséntale la lectura como un premio. “Si acabas pronto tus deberes, podrás sentarte en el sofá a leer ¡durante media hora! Yo también intentaré acabar pronto para leer contigo ¿Qué te parece?”
  7. Sé regular. Convierte la lectura en un hábito. No es necesario mucho tiempo pero sí ser sistemático. Si tu hijo es pequeño, reserva 10 minutos del día para leerle. A este intervalo de tiempo, puedes llamarlo “La hora de jugar a leer” y anúnciaselo como si hubiera llegado la mejor hora del día. Aunque tú no te pares a pensarlo, estar junto a ti, con tu atención y con un buen libro, para tu hijo es el mejor momento del día.
  8. Suscríbelo a una revista especializada para niños. Nunca falla: recibir una revista a su nombre, como papá o mamá, con contenido especialmente seleccionado para sus intereses es un “gancho” seguro.
  9. Crea misterio alrededor de los libros. Para un niño de primaria, no es lo mismo leer un libro de intriga o aventuras sentado tranquilamente en el sofá que leerlo en ese mismo sofá pero a oscuras, con una linterna, debajo de una sábana, para que no os descubran los malos.
  10. Explota su curiosidad. No es lo mismo invitar a tu hijo (de secundaria) a leer un libro (que sabemos va a rechazar) que decir, mientras lo dejas olvidado en la mesa de la cocina: “¡Uf, demasiado fuerte para mí…!” Seguro que la curiosidad puede con él.
Elena Roger Gamir
Pedagoga – Solohijos.com
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